domingo, 12 de junio de 2011

Falacias del neoliberalismo (II): La eficiencia

Una de las afirmaciones más repetidas de los neoliberales, hasta el punto de que ha llegado a aceptarse sin apenas discusión, es que la gestión privada es más eficiente que la pública. En esta afirmación hay una falacia y una mentira pura y simple.

Es falaz porque se afirma que es más eficiente sin especificar cuál es el criterio de eficiencia. En realidad, tomando como único criterio de eficiencia la rentabilidad económica. O para ser más preciso, el beneficio empresarial. Pero ese no puede ni debe ser el único, ni siquiera el principal criterio en una empresa pública.

Un sistema sanitario público no es más eficiente cuando obtiene beneficios económicos, sino cuando presta una mejor asistencia a un número mayor de personas. Lo mismo cabe decir de un sistema educativo público: es eficiente cuando los estudiantes obtienen una buena formación. Y lo mismo se puede decir de cualquier otro servicio de utilidad pública. Cierto que la gestión de los recursos puede no ser óptima, pero es preferible una cierta ineficiencia en la gestión de los recursos que en la prestación del servicio. Al menos yo prefiero vivir en un país en que el Estado asume esos servicios, financiándolos mediante impuestos y garantizando su universalidad, que en aquellos en que se confían a la iniciativa privada. Si contraigo una enfermedad grave y con tratamiento costoso en España tal vez tenga que soportar listas de espera, pero si la contraigo en Estados Unidos, o soy millonario o voy listo. Tampoco es lícito comparar, por ejemplo, un colegio público con uno privado y afirmar que el privado ofrece mejor educación, porque deja excluidos a los que no se lo pueden permitir. Si la educación se fiase solo al sector privado, habría una élite muy bien formada, pero  la mitad de nosotros seríamos analfabetos. ¿Qué eficiencia es esa?

Digo también que además es mentira. Y es que, aun cuando solo sigamos un criterio económico, no es cierto que la gestión privada sea necesariamente eficiente. Si lo fuese, las empresas no tendrían nunca pérdidas ni quebrarían, no habría sido necesario rescatar a las entidades financieras privadas con fondos públicos, no se habrían destinado grandes sumas de dinero público a sostener empresas privadas del sector del automóvil y la construcción, y no estaríamos ahora en una grave crisis cuyas consecuencias, generadas por el sector privado, están siendo asumidas, y muy gravosamente, por los ineficientes estados.

No justifico con todo esto las deficiencias de administraciones y empresas públicas, solo niego que se corrijan aplicando criterios de gestión privada y mucho menos privatizando. Se corrijen aplicando a cada actividad o faceta de una actividad el criterio de eficiencia que le corresponda. A lo que es económco, criterios económicos; a lo que es social, criterios sociales.


Publicado originalmente en facebook el 07/05/2011

No hay comentarios:

Publicar un comentario