lunes, 28 de mayo de 2012

Podemos estar tranquilos

Pues sí, amigos. La verdad es que estoy un tanto cansado de hacer tantos comentarios negativos, así que hoy he decidido ver las cosas en positivo. Y al fin me he dado cuenta, tonto de mí, de que en realidad no hay ningún motivo de preocupación.

Seguro que os habéis dado cuenta de que nuestros políticos dicen constantemente que no hay alternativa. De hecho lo dicen cada vez que aprueban un nuevo recorte presupuestario, inyectan dinero a la banca o reforman alguna ley para quitarnos derechos. Invariablemente lo justifican diciendo que no hay alternativa o, para no repetirse demasiado, que no hay plan B. Es decir, que no tienen diseñado ningún otro plan para el caso de que sus políticas fracasen o sus previsiones no se cumplan.

Parecería motivo de preocupación, pero qué va. Pensemos con lógica. No es posible creer que el Presidente del Gobierno, trece ministros y más de ciento ochenta diputados sean todos unos insensatos o unos incompetentes. Luego están absolutamente seguros de que sus políticas no van a fracasar y todas sus previsiones se van a cumplir.

Tranquiliza, ¿a que sí?



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