domingo, 10 de junio de 2012

Rescatados

Se despejan por fin parte de las dudas: habrá rescate. O apoyo financiero, préstamo o como lo quiera llamar Don Luis de Guindos.La verdad es que me importa un bledo como lo llame, al igual que me importaba un bledo, hace cinco años, si el entonces Presidente del Gobierno decía o no decía la palabra crisis. Lo que quería entonces era que se empezaran a tomar medidas, y lo que quiero ahora es que se conteste a algunas preguntas y, sobre todo, que se diga la verdad. Preferiría que lo hiciese Don Mariano Rajoy, ya que prometió que siempre daría la cara y diría la verdad, pero como entiendo que un partido de fútbol es más importante, me conformo con el señor Ministro.

Hay en esto del rescate algunas cuestiones que me gustaría saber cuanto antes. Los cien mil millones son un máximo, pero todavía no sabemos cuánto de ese límite se va a materializar. Me parece razonable, desde luego, que se espere a los informes de las auditorías que se han contratado, pero no más.

Una segunda cuestión es quién decidirá qué entidades necesitan ser recapitalizadas y en qué cuantía. A mí no me ha quedado demasiado claro, por lo que he leído, si serán las autoridades españolas o las europeas. Supongo que no tiene más importancia que el orgullo nacional, pero me gustaría que se aclarase.

Otra cuestión, esta muy importante, es el tipo de interés que se pagará por esa ayuda. No es en absoluto lo mismo un tipo del 1% como se ha aplicado en otras inyecciones de fondos a la banca, que tipos de hasta el 5% o el 6% que se les han aplicado a otros países rescatados. La diferencia es enorme. Si finalmente el crédito es de 40.000 millones, como estiman algunos, y al 1%, los intereses son 400 millones y le daré la razón al señor de Guindos en que es manejable. Si se hace uso de la totalidad del máximo y al 5% son 5000 millones, y eso ya no es tan manejable.

Pero además de que se informe de esos puntos, quiero que se diga la verdad y muy clarita. Porque no me parece de recibo que el señor Ministro diga alegremente que esto no afectará a los ciudadanos. No sirve decir que es un préstamo a la banca y solo se ponen condiciones a los bancos, porque no es verdad. El préstamo es al FROB, y por lo tanto al Estado. Será deuda pública de la que responde el Estado y por tanto los ciudadanos, y los intereses incrementarán el déficit público que tanto preocupa a la troika y a nuestro Gobierno. Tampoco es verdad que no se impongan condicionantes a la política económica y financiera española. El comunicado del Eurogrupo lo deja bien claro, una y otra serán vigiladas estrechamente para garantizar el cumplimiento de los objetivos.

Ahora bien, es una opinión personal pero yo nunca he creído que se pudieran cumplir los objetivos del 5,8% de déficit para este año y del 3% para el próximo, y los nuevos intereses lo pondrán aún más difícil. Luego habrá nuevas medidas, y los mismos socios que generosamente nos apoyan han apuntado ya en qué dirección. Mucho me temo que de la subida del IVA no nos libra ni la Virgen del Rocío, y posiblemente tampoco de nuevos recortes tanto en el número como en las retribuciones de los empleados públicos. Las prestaciones por desempleo también parecen estar en el punto de mira de la troika. Confío en que al menos se libren las pensiones, pero no tengo muchas esperanzas.

Estas son, más o menos y a grandes rasgos, las medidas que se impusieron a otras naciones rescatadas, particularmente a Grecia. Y no se me diga que el caso español no es como el griego, porque el resultado sería el mismo. Incremento de precios y reducción de retribuciones significa contracción de la demanda, recesión, descenso de la recaudación fiscal y más déficit.

Todo esto, claro está, a menos que tenga razón el señor Ministro y los bancos devuelvan puntual y religiosamente hasta el último céntimo. Pero yo me pregunto, y no es retórica ¿si están hasta el cuello como lo van a devolver? Y no me tranquilizan las palabras, que seguro que todos tenemos en mente, de don José Ignacio Goirigolzarri, textualmente: "Es capital y no hay que hablar de devolver nada". Mal empezamos, porque en realidad tiene razón, si esos fondos son en forma de capital, no se devolverán. En ese caso, y este es el único aspecto positivo que veo a este asunto, estaríamos ante una ocasión de oro de constituir de una vez por todas una banca pública. Pero mucho me temo que no se hará, y que al final pagaremos los platos rotos los de siempre: tú y yo.

Para terminar, a esta situación no se ha llegado por accidente, se ha llegado porque los mecanismos que deberían haberlo evitado no existían o no funcionaron. Se ha llegado por la falta de regulación finaciera, la codicia de una minoría, y la incompetencia (quiero creer que fue incompetencia) de los que hace cuatro días decían que nuestro sistema financiero era la rehostia y nuestros supervisores los mejores del mundo. En otras palabras, hay muchos errores que corregir y culpables que deben rendir cuentas. Ya que no podemos evitar el rescate, que los rescatados sean los ciudadanos honrados y no los que se han enriquecido riéndose en nuestras barbas.

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