Sheldon Adelson |
Anda por nuestro país, según leo y veo en las noticias, el señor Sheldon Adelson, que dice querer instalar en España un gran centro de juego y ocio. Para ello plantea a nuestras autoridades una serie de exigencias. Pretende que se modifiquen las leyes laborales para hacerlas "más flexibles", la ley de extranjería para eliminar la exigencia de permisos de trabajo, la llamada ley antitabaco para que se pueda fumar en sus instalaciones. Exige también, según parece, que se permita la entrada en ellas a ludópatas e incluso a menores. Además incluye en sus exigencias una práctica exención de impuestos y de cuotas de seguridad social durante dos años, y ventajas fiscales durante diez. Desea también que se le cedan terrenos públicos y se expropien en su beneficio terrenos privados, reubicando de paso viviendas protegidas. La lista, que tomo del diario "El País", es larga y ni siquiera la recojo toda.
Afirma, eso sí, que creará no sé cuantos miles de puestos de trabajo.
La verdad es que a mí lo que pida el señor Adelson me trae totalmente sin cuidado. Contra el vicio de pedir, dicen, está la virtud de no dar. A mí lo que me subleva es que nuestros políticos en manada acudan a tenderle la alfombra de las grandes ocasiones, y que se planteen seriamente modificar leyes, conceder privilegios y desamparar a ciudadanos. Lo que que me subleva es que no haya alguno que ponga a este hombre en su lugar.
Uno solo que le diga métete donde te quepan tus miles de puestos de esclavo.
Lo que vengo esperando desde que comenzó esta opereta de mal gusto es que haya un político, uno solo, no pido más, que recuerde siquiera por un instante el significado de la palabra dignidad.
Totalmente de acuerdo. Parece que la dignidad es cosa de otros tiempos
ResponderEliminar