jueves, 14 de junio de 2012

El riesgo, su prima y el monstruo de los mercados

Otra vez pendientes, un día sí y otro también, de la prima de riesgo. Otra vez con la estupidez de que si sobrepasa los equiscientos puntos nos tendrán que intervenir. Otra vez con que está en los mismos niveles que tenían Grecia, Irlanda y Portugal cuando fueron "rescatados". Y otra vez olvidando que la prima de riesgo no es una medida absoluta, sino un diferencial. No es más que la diferencia entre el tipo de interés al que tenemos que emitir deuda pública y el tipo de interés al que lo hace Alemania. Es una tontería decir que España tiene dificultades para financiarse porque suba la prima de riesgo, las tiene porque sube el tipo de interés. Ya hace seis meses escribí sobre ello en la entrada Primas de riesgo y rescates, y a ella me remito. Veamos cuáles son los datos a día de hoy.

Según las noticias de la noche, que acabo de ver, hemos cerrado el día con la prima de riesgo en 543 puntos, y con un tipo de interés del 6,92%. Eso significa que Alemania está emitiendo su deuda al 1,49%. Cuando Grecia, Italia y Portugal fueron embargadas, su prima de riesgo también estaba en esos niveles, pero sus tipos de interés estaban, en los tres casos, por encima del 8,7%. La diferencia estriba en que entonces Alemania pagaba un tipo más alto. Eso no quiere decir que España no tenga realmente dificultades para colocar su deuda, pero no está en el nivel en que estaban esos tres países. Estamos casi dos puntos por debajo, y si el interés del bono Alemán hubiera estado entonces como hoy, la prima de riesgo de esos países no habría estado en quinientos, sino por encima de setecientos puntos. Lo que deja bastante claro, creo yo, que la prima de riesgo no sirve en absoluto como criterio para decir cuándo un país debe ser rescatado o no.

Y a pesar de eso tanto nuestro Gobierno como la troika vuelven con la letanía de las medidas para ganar la confianza de los mercados. Yo me niego a creer que sean tan estúpidos como para no haberse dado cuenta ya de que la supuesta desconfianza de los especuladores es interesada, y si aún así continúan con esa cantinela solo puede ser por motivos ideológicos. De las medidas con las que se supone que van a tranquilizar a los especuladores no merece la pena ni hablar. Hay que ser ciego para no ver que han fracasado en todas partes. El que no sea ciego solo tiene que mirar a Grecia, empobrecida, humillada y en vísperas de unas elecciones que tienen a Europa entera temblando de miedo. ¡Menudo éxito! Y ante tal evidencia nuestros ínclitos gobernantes concluyen que hay que hacer lo mismo en todas partes.

A "los mercados", lo digo una vez más, no hay que tranquilizarlos, sino regularlos de una vez. Me resulta increíble que aún no se hayan prohibido las operaciones al descubierto, o que no se haya dado ni un solo paso para establecer una tasa sobre las transacciones financieras. Me resulta increíble que no se haya tomado ninguna medida seria para combatir el fraude fiscal, ni se haya hecho ninguna reforma del Impuesto de Sociedades ni de los tramos altos del IRPF, salvo para la galería. Medidas éstas que sí contribuirían, y mucho, a solucionar nuestros problemas de fnanciación, deuda y déficit. Increíble también que aún no se hayan revisado ni siquiera mínimamente las funciones del Banco Central Europeo. Y no me digan, por favor, que no puede hacerse porque hay que reformar los tratados. ¡Si hasta Moisés rompió las tablas de la Ley! Será que la ley sagrada es la de la señora Merkel, porque no encuentro otra explicación.

En opinión de este humilde opinante, mientras no tomemos esas medidas u otras en el mismo sentido, mientras nos sigamos creyendo que la austeridad y los recortes van a calmar a los buitres, no haremos más que alimentar al monstruo que nos va a devorar a todos.

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