lunes, 21 de noviembre de 2011

Sobre el resultado electoral

El Partido Popular ha ganado las elecciones. Este es un hecho incuestionable, dado que es la lista que ha obtenido más votos. Y ante este hecho solo cabe aceptarlo y felicitar a los ganadores. Tienen ahora la mayoría absoluta de ambas cámaras, gobiernan en la mayoría de las comunidades autónomas y en la mayoría de los ayuntamientos. Un poder enorme y una enorme responsabilidad.

Dicho esto, quisiera hacer algunos comentarios sobre los resultados. El primero es que la victoria del PP, aunque contundente, no es tan aplastante como da a entender el reparto de escaños. Obtiene la mayoría absoluta de los diputados, pero no porque haya obtenido la mayoría absoluta de los votos. Ha obtenido el 44,6% de los votos emitidos, que son poco más del 30% del censo electoral. Mayoría, sí, pero relativa. Un ciudadano de cada tres les ha votado, el resto a votado a otros partidos o no ha votado. Es un dato que debe tener en cuenta el Partido Popular a la hora de gobernar.

Además de esto, es de destacar que una vez más se pone de manifiesto lo inadecuado de nuestro sistema electoral, que produce unas mayorías parlamentarias que no se corresponden con la realidad de la sociedad. El Congreso que nos representará los próximos cuatro años no es realmente representativo del sentir de los ciudadanos. Se ve con rotunda claridad en la siguiente tabla. No garantizo la exactitud de los cálculos, ya que la he elaborado de un modo un tanto apresurado, pero un error de un escaño más o menos no importa para lo que quiero señalar.

Las cuatro primeras columnas recogen los resultados de las elecciones y los escaños que cada partido tendrá en el Congreso, la quinta los que realmente le corresponderían en un sistema estrictamente proporcional. Creo que esta tabla habla por sí sola, si el Congreso respondiese realmente a lo que han votado los ciudadanos ningún partido tendría mayoría absoluta. Lo injusto de este sistema se aprecia si consideramos que cuatro partidos se llevan 41 escaños que no les corresponden por votos, que pierden el resto de partidos. El gran beneficiado es el PP, que se lleva 29 escaños de más. Los grandes perjudicados, aparte de los once partidos que se quedan sin representación cuando deberían tenerla, IU y UPD que tienen, entre ambos, 22 escaños menos de los que deberían. Sangrante también el caso de EQUO, que debería obtener tres escaños y no tendrá ninguno.

Por supuesto habrá quien no esté de acuerdo cuando digo que necesitamos una reforma del sistema de circunscripciones y de la ley electoral, quienes piensen que este sistema hace la política más estable. Pero nadie me puede negar el hecho objetivo de que el Congreso no es representativo de la sociedad. Y eso, para mí, es un grave defecto que desvirtúa la democracia. Un ciudadano, un voto. Que el voto de un simpatizante del PP valga en realidad el triple que el de un votante de UPD no es democrático se mire como se mire.

Un comentario más. En días pasados escribí animando a no considerar ningún voto como inútil, y a la vista de los resultados parecerá que me equivocaba. El Partido Popular ha obtenido la mayoría absoluta, algo que muchos queríamos evitar. ¿No habría sido más útil votar al PSOE? Tal vez, pero yo no me arrepiento de mi voto. Me niego a votar a un partido en el que no creo para evitar que gane otro en el que creo aún menos. Me niego a que el resto de partidos, que representan a mucha gente, desaparezcan. Mi voto, que fue para Izquierda Unida, no ha contribuido a darle más escaños. El sistema ha hecho que se perdiera, como los de otros treinta mil ciudadanos que escogieron esta opción en la misma provincia, y como los de varios cientos de miles en toda España. Como los de varios millones que votaron a partidos que deberían estar en el Congreso y no estarán, o estarán con menos escaños de lo que deberían.

Y aún así no me arrepiento. Gracias a esos millones de ciudadanos el PP y el PSOE suman ahora 296 escaños, y no 323. Cierto que ahora hay una mayoría absoluta y antes no la había, ¿estamos peor por eso? Sí y no. Sí porque el PP podrá gobernar si quiere, y esperemos que no quiera, sin escuchar a nadie. Y no porque ahora hay 54 diputados con una visión diferente. Suficientes para impedir, por ejemplo y si se lo proponen, que la Constitución vuelva a ser reformada sin referendum. Suficientes para plantear un recurso de inconstitucionalidad o para proponer (aunque no para ganar) una moción de censura.

Suficientes, en todo caso, para que sus voces no puedan seguir siendo silenciadas los próximos cuatro años. Y suficientes para recordarles a los dos partidos mayoritarios que un ciudadano de cada cuatro ha votado a otras opciones.

Y termino felicitando de nuevo a los vencedores. Espero sinceramente ser yo el equivocado y que sus políticas tengan el mayor de los éxitos.


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