Oimos hablar mucho últimamente de la prima de riesgo, tanto que parece haberse convertido en la medida de todos los males. Y aunque yo estoy muy lejos de ser un experto en la materia me gustaría hacer un par de comentarios al respecto. Empiezo con una pequeña explicación del concepto, que no es en absoluto difícil de entender.
Cuando un país emite deuda pública, lo que está haciendo es pedir dinero prestado, y naturalmente debe pagar un tipo de interés como cualquiera que pida un crédito. En teoría, se paga un tipo de interés más alto cuando existe un riesgo mayor de impago de la deuda y a la inversa. La prima de riesgo no es más que la diferencia del tipo de interés que paga un país con respecto a otro que se usa como referenca. En Europa la referencia es Alemania, por ser considerado el país más solvente, y la comparación se realiza sobre el bono a diez años. Así, si Alemania paga por sus bonos un interés de 1,77 % y España 6,09 %, la prima de riesgo española es de 4,32 puntos porcentuales o 432 puntos básicos. Las cifras, por cierto, las he tomado de la prensa de hoy.
Hasta aquí la teoría. La pregunta es si la prima de riesgo mide realmente el riesgo de impago de un país, y la respuesta es un categórico no. Los inversores exigen un tipo de interés más alto cuando desconfían de la solvencia de un país, lo que no siempre se debe a razones objetivas ni mucho menos. La prima no mide el riesgo real, sino la percepción del riesgo de los inversores. El matiz es muy importante porque, como digo, esa percepción no siempre responde a análisis objetivos. Es más, a menudo es absolutamente irracional.
Y aún hay más que matizar, porque ni siquiera mide la percepción del riesgo absoluto de un país, recordemos que es una medida de comparación. Lo que mide, más exactamente, es la percepción del diferencial de riesgo de impago de un país con respecto a Alemania. Y es este otro matiz importante, porque la prima de riesgo de un país, España en este caso, no solo sube porque aumente la percepción de riesgo de impago de España y por tanto su tipo de interés, sino también porque baja la de Alemania. Ambas cosas están muy relacionadas y tienen algo de círculo vicioso, ya que los inversores que no compran deuda española por su supuestamente elevado riesgo, buscan como alternativo otros valores percibidos como más seguros, los bonos alemanes, lo que hace aumentar la prima de riesgo, en un proceso que se autoalimenta.
Y a pesar de esto, de que es una medida subjetiva y no objetiva, y de que no es una medida absoluta sino comparativa, se toma sin ningún reparo como medida absoluta de la solvencia de un país, lo que es absolutamente irracional. Pero más irracional aún es que se hable de la necesidad de "rescatar" a un país cuando su prima de riesgo alcanza los 500 puntos. Así ocurrió con Grecia, con Portugal, ahora con Italia, y quizá mañana con España. Irracional e inmoral, porque "rescatar" no es más que un eufemismo. Embargar sería un término bastante más exacto.
Y lo que de verdad me subleva es que, a la postre, ese riesgo percibido no es real. Los inversores no asumen realmente ningún riesgo y lo saben. ¿Qué riesgo han asumido hasta ahora? Ninguno. Si el país paga es evidente que ellos cobran, y si no paga lo "rescatan" y ellos cobran igual. No asumen absolutamente ningún riesgo y lo saben antes de invertir. Nunca se rescata a los países, y mucho menos a los ciudadanos que acaban sufriendo las consecuencias, se les embarga. A quien de verdad se rescata es a los inversores. Y también aquí habría que cambiar el término "inversores" por otro que fuera más exacto. No diré cuál, saque cada uno sus propias conclusiones.
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