Supongo que Isaac Asimov no necesita ninguna presentación. Bioquímico y autor de libros de divulgación científica, es conocido sobre todo por sus obras de ciencia-ficción. Entre ellas está la titulada originalmente Iron dooms y traducida al español, según las ediciones, como Cúpulas de acero, Bóvedas de acero o Las cavernas de acero.
El protagonista de esta novela, el detective Elijah Bailey, debe resolver un asesinato teniendo como compañero forzoso a un robot de aspecto indistinguible del humano, Daneel Olivaw. En un punto de la novela el diseñador del robot, el doctor Hans Falstofe, le dice al detective Bailey que pese a su aspecto el robot no es más que una máquina lógica incapaz de entender una abstracción. Como Bailey le dice que ha hablado con él de la justicia, un concepto abstracto, Falstofe le pregunta a Daneel qué es la justicia y éste responde que es el estado que se produce cuando todas las leyes son obedecidas. Bailey pregunta entonces: "¿Y si una ley es injusta?". Y el robot contesta que eso es una contradicción lógica.
El pasaje me ha venido a la mente varias veces últimamente. Y es que, como dijo no recuerdo quién, el problema no es que los robots empiecen a pensar como humanos, sino que los humanos empiecen a pensar como robots.
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