Vengo diciendo desde que comencé este blog, y lo voy a repetir hoy, que no estamos asistiendo a una crisis coyuntural, ni siquiera una crisis cíclica. No podemos pensar que tras unos años de apretarnos el cinturón todo volverá a ser como antes, porque no va a ser así. Un ejemplo bien claro lo tenemos en el anuncio de privatizaciones en los transportes ferroviarios, portuarios y aeroportuarios. No volverán a ser públicos, al menos durante muchos años. El grave deterioro de la sanidad y la educación públicas tampoco se van a revertir en mucho tiempo. Y al menos yo tengo pocas dudas de que el sistema público de pensiones seguirá el mismo camino, que ha iniciado ya.
Hay un hecho sobre el que nunca se llamará suficientemente la atención. Los mismos que dicen que todas estas medidas son necesarias y sirven para sentar las bases del crecimiento y la generación de empleo, nunca han explicado cómo, por qué misterioso mecanismo se generará ese empleo. No lo hacen porque saben que no es verdad. El crecimiento que siga a estas medidas benefeciará tan solo al gran empresario. No se va a generar empleo, los trabajadores no van a recuperar sus derechos, ni se va a restablecer el Estado social. Caminamos hacia un modelo de desigualdades, con servicios privados de calidad para la minoría, y servicios públicos, cuando los haya, de ínfima calidad para los demás. Un modelo neoliberal.
No está de más recordar que la principal causa en la generación de la crisis fue la desregulación del sistema financiero y la generación de gigantescas burbujas especulativas que se trasladaron del sistema financiero a la economía productiva, incluidos sectores tan sensibles como el agroalimentario. Y no solo no se ha hecho absolutamente nada para reconducir el sistema financiero sino que se recorta y destruye lo que haga falta para sostenerlo.
La realidad es que la crisis económica está siendo utilizada como coartada para algo mucho más profundo y grave. Lo que realmente estamos viviendo es una lucha ideológica. Todas las medidas que se están tomando en Europa tienen, o así lo creo yo, una motivación ideológica. Su finalidad no es otra que desmantelar el Estado social para sustituirlo por un modelo neoliberal. Entre sus partidarios deberían estar los grandes empresarios y los partidos de derecha, liberales y conservadores. Digo deberían porque lamentablemente han logrado que asuman esta postura, o que se resignen a ella, muchas personas que deberían estar frontalmente en contra.
En el otro lado deberíamos estar los trabajadores por cuenta ajena o propia, los pequeños empresarios y comerciantes, los pensionistas, los partidos de izquierda, obviamente los sindicatos y los que creemos que el modelo social europeo no solo es viable, es infinitamente mejor que el neoliberal. Todos estos, la mayoría, deberíamos estar. Pero no todos estamos y, lo que es peor, estamos divididos. Por eso estamos perdiendo, y la derrota va a ser rotunda. Vamos a tardar mucho, pero que mucho tiempo en recuperar lo perdido, si es que lo recuperamos.
Todo esto es para decir que es importante, es extremadamente importante movilizarnos. Si los funcionarios que protestan ahora lo hubieran hecho hace un año tal vez, solo tal vez, no habrían perdido una paga. Si los millones de trabajadores desempleados acudieran a las manifestaciones tal vez, solo tal vez, no les recortarían ahora las prestaciones con un "que se jodan". Si protestasen los pequeños empresarios y comerciantes tal vez, solo tal vez, se reformaría el impuesto de sociedades en lugar de subir el IVA.
El día 19 hay convocadas nuevas manifestaciones. ¿Qué excusa vas a buscar ahora?